martes, 25 de septiembre de 2007

El “corte” toca hueso: Lo mejor y lo peor del sistema de selección de galerías para ARCO

El Cultural.es
ARCO avanza paso a paso hacia un modelo de feria más internacional y de espacios más limpios. Lo que significa que cada año queda en la cuneta otro puñado de galerías españolas. El “corte” siempre ha hecho sangre, pero este año ha tocado hueso. Mientras ciertas galerías tienen dos o tres stands (en distintos “programas”), se ha dejado fuera a espacios hasta ahora no cuestionadas como Marta Cervera, Bores & Mallo, Palma Dotze, Sandunga, Antonia Puyó, Altxerri o Vértice.
Este año los stands más pequeños tendrán 60 m2. Se busca en el diseño espacial, con acierto, la claridad, la amplitud, y facilitar la visita y la contemplación a coleccionistas y público. Y eso se paga reduciendo el número de participantes: ahora, quince menos. Los perjudicados, galerías medianas de programación digna que no tienen posibilidades (por medios o por programa) para lanzarse al mercado internacional. Es difícil tomar partido. Rosina Gómez-Baeza quiere hacer una feria no para España sino para el exterior, en competencia directa con Basilea, Miami y Londres. Alega que en España hay más ferias de arte que pueden dar cabida a otras galerías nacionales y quiere reservar ARCO para aquéllas que puedan medirse con las grandes galerías internacionales. Ambiciona legítimamente mantener la feria entre las mejores pero ¿son aquí los resultados del mercado del arte comparables a los de Suiza, Gran Bretaña o Estados Unidos? Desde que en 1999 varias galerías rechazadas denunciaran a IFEMA, el proceso de selección se quiso hacer más objetivo. Tomàs March, miembro este año (y en otras ocasiones anteriores) del comité organizador, nos ha explicado cómo son esos ¡dos días! en que 21 galeristas (8 de ellos españoles) se reúnen para repartir suerte. Se examinan todas las solicitudes excepto las “indudables”, pero no siempre se discuten en grupo y cada uno de los examinadores anota sus puntuaciones en los varios apartados sin conocer las de los otros, lo que a veces les lleva a sorpresas (incluso piden revisiones). “Los mayores enfrentamientos se dan con los miembros del comité que conocen bien el mercado de las vanguardias históricas pero no valoran lo más actual. Por otro lado, en los últimos tiempos la organización ha querido que se premie la promoción internacional (presencia en ferias, intercambio de artistas) y eso baja mucho la puntuación a algunas galerías”. March sería partidario de un comité más pequeño y más estable, que guardara memoria de las decisiones anteriores.Sería el modelo de Art Basel, donde un comité de sólo seis personas (que permanecen en él entre 5 y 7 años) estudia unas 800 solicitudes, pero dedican a ello tres semanas. En Basilea, un 13% de las galerías son suizas; en Frieze, un 23% son británicas; en ARCO, un 30% son españolas. La feria londinense tiene un comité de ocho galeristas que se pretende duradero (un relevo anual) y en él las decisiones no se basan en puntuaciones sino en el consenso tras la discusión. En ARCO, las polémicas “notas” se entienden como “suspensos”. Javier Castro, de Bores & Mallo, se lo ha tomado con humor. Su 47’89 le ha dejado en la calle y, con 17 galerías por delante en la lista de espera, dará un sentido literal a la expresión montando un “top manta” a las puertas del Reina Sofía. Sobre la exigencia de internacionalización, dice que ARCO es precisamente el lugar donde muchos artistas acceden al mercado exterior, y no cree que se consiga emular el modelo suizo con esta “estrategia de simplificar la cadena trófica”. Pilar Carbonell, de Palma Dotze, con un 47’60, pasó por los pelos el año pasado. “Fuimos a ARCO sin problemas durante nueve años; al décimo, en 2003, nos dejaron fuera. Este año hemos ido a Turín, a ParisPhoto... No entiendo nuestra puntuación”. La misma perplejidad muestra Emilio Almagro, de Sandunga, en el puesto 21 de la lista de espera. Un ejemplo de las galerías que en ciudades como Granada, con poca presencia del arte contemporáneo, hacen una muy importante labor y cuyos artistas “necesitan más que nadie la visibilidad que ARCO aporta. Este año hemos asistido a ferias y nuestros artistas han sonado fuera. E, irónicamente, María de Corral nos ha seleccionado dentro de sus 16 proyectos para presentar a nuestro artista Simon Zabell”. Una paradoja que se da también en el caso de Marta Cervera, fuera del programa general, pero presente en la feria con un Project Room de Lara Almárcegui.
Elena VOZMEDIANO

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